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Colombia en deuda con una política pública para el manejo de los Residuos Eléctricos y Electrónicos (RAEE)

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En la actualidad, la creciente producción y consumo de aparatos eléctricos y electrónicos trae como consecuencia natural el incremento de la cantidad de desechos derivados de los mismos, a nivel mundial se alcanzó una cifra superior a 40.000 kilotoneladas de productos electrónicos descartados en 2014. Esta cifra en crecimiento plantea desafíos sociales y ambientales en lo que se refiere a la adecuada gestión de RAEE.

 Es una tarea urgente y todavía pendiente del Gobierno Colombiano, el establecimiento de una política que comprenda los mínimos señalados en el artículo 8 de la Ley 1672 de 2013, en la que el Gobierno quedó con la obligación de plantear el proceso de gestión de RAEE,  hacerlo más eficiente y contribuir positivamente con una solución a la problemática del aumento descomunal de estos residuos en el planeta.

 

 ¿Cuáles son los aparatos eléctricos y electrónicos (AEE) y los considerados Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE)?

 Para recordar el tema, en Colombia, de acuerdo a la ley 1672 del 2013, que está en concordancia con la convención de Basilea – el acuerdo ambiental global para el movimiento transfronterizo más exhaustivo en materia de desechos peligrosos y otros desechos-, se entiende por AEE todos los aparatos que para funcionar necesitan corriente eléctrica o campos electromagnéticos, así como los aparatos necesarios para generar, transmitir y medir dichas corrientes. Por lo tanto, los Residuos de Aparatos Eléctricos o Electrónicos RAEE, son los aparatos eléctricos o electrónicos en el momento en que se desechan o descartan, con todos sus componentes.

Los RAEE provienen en su mayoría de electrodomésticos, computadores, radios, televisores, celulares, frigoríficos, máquinas eléctricas, electrónicas, de alumbrado y están hechos de plásticos, cerámicas, circuitos impresos de cobre y otros metales como plata, oro, bario, antimonio, aluminio y cristales líquidos (que pueden incluir más de 200 sustancias), y que se pueden recuperar si no se encuentran contaminados por algunas sustancias tóxicas que también los componen.

 Se prevé que el promedio de crecimiento anual de este material desechable aumentará vertiginosamente en los próximos años y se espera que sea mayor en Latinoamérica que en el resto del mundo, lo cual es preocupante y envía mensaje de urgencia al Gobierno Nacional para que no olvide el tema. Mientras que a nivel mundial se espera un crecimiento de 55% respecto a 2009, en Latinoamérica se espera que sea del 70%, según el informe sobre basura electrónica en Latinoamérica de la GSMA y UNU-IAS, de noviembre de 2015.

 Es necesaria la correcta gestión de los residuos para tratar de maximizar la recuperación del material valioso que albergan y tratar las fracciones peligrosas de manera ambientalmente segura , así mismo, es importante desarrollar la política que fundamenta el sistema, como ha sugerido el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente PNUMA, además es necesario concientizar sobre el impacto global de estos residuos y promover modelos de negocios ecoeficientes y sostenibles; sin embargo, para que estos modelos de negocios sean económicamente viables, requieren normatividad de respaldo.

 

Responsabilidades de los empresarios y usuarios

La ley 1672 de 2013, en el capítulo II de responsabilidades y obligaciones, señala que el productor “es responsable de establecer, directamente o a través de terceros que actúen en su nombre, un sistema de recolección y gestión ambientalmente segura de los residuos de los productos puestos por él en el mercado”(…). (Cap. II Art. 6, punto 2). Así mismo, es responsable de disminuir el impacto ambiental de sus productos mediante estrategias de reducción y sustitución de presencia de sustancias o materiales peligrosos en sus productos y aceptar la devolución de los RAEE por parte del usuario final, sin costo alguno.

Lo anterior, se ha denominado principio de Responsabilidad Extendida del Productor, se aplica también en la política posconsumo del Mercosur y a varios países de Latinoamérica, consiste en el deber que tiene el productor de aparatos eléctricos y electrónicos a lo largo de las diferentes etapas del ciclo de vida del producto.

Por su parte, la ley también especifica que los comercializadores de AEE están obligados a brindar apoyo técnico y logístico al productor, en la recolección y gestión ambientalmente segura de los residuos de estos productos.

A su vez, de forma paralela y conforme a la ley,  los usuarios o consumidores deben asumir su responsabilidad social con una gestión integral de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE), a través de la devolución de estos de manera voluntaria y responsable de acuerdo con las disposiciones que se establezcan para tal efecto.

 

Los gestores de RAEE en Colombia 

Entre las iniciativas más representativas dedicadas a la gestión de RAEE en Colombia tenemos: EcoCómputo, de la Asociación Nacional de Industriales de Colombia (ANDI), gestionan el reciclaje y disposición final de los RAEE, se dedican a la recolección de los residuos de computadores, accesorios, impresoras y escáneres.

Esta iniciativa privada obedeció al decreto 1512 de 2010 que vigila la recolección selectiva y gestión ambiental de computadores y residuos periféricos. Una vez al mes, hacen recolección de residuos de hogares y a nivel empresarial se pueden entregar en las plantas de los gestores autorizados para su manejo. Existen además, programas complementarios que reciben los residuos como Ecopunto, punto azul, pilas con el ambiente y Lumina que buscan incorporar en la mayor medida posible, materiales de los residuos a la cadena productiva.

Ecolecta es una iniciativa pública de la Secretaría Distrital de Ambiente para recoger computadores y electrodomésticos, plaguicidas, bombillos y pilas, que los ciudadanos guardan en sus casas sin darles uso alguno, en Bogotá. El programa brinda la oportunidad de entregar estos residuos en diferentes puntos de la ciudad los fines de semana.

Cenare es otro de los gestores de RAEE y fue creado como parte de la iniciativa de Computadores para Educar que dota a las escuelas públicas del país de computadores y equipos tecnológicos como tabletas, recicla los materiales útiles, reacondicionan equipos y también han desarrollado una Plataforma de Robótica y Automática Educativa, a través del cual una parte de los residuos electrónicos son utilizados con fines pedagógicos.

También está el programa de responsabilidad social empresarial Puntos verdes, de la empresa Lito, dedicado a la gestión de estos recursos la cual recibe residuos a personas o a empresas.

 

La gestión de teléfonos móviles 

En Colombia, los operadores se unieron por esta causa a los fabricantes y asumieron la responsabilidad en las acciones posconsumo voluntariamente (en 2007), dando origen a la campaña “Recicla tu móvil o celular y comunícate con la tierra”, que se extendió́ durante dos años y hoy continúa como una iniciativa privada. “Telefónica Movistar, Tigo (Millicom) y Comcel –actualmente Claro (América Móvil)– en colaboración con Nokia, LG, Motorola, Sony Ericsson, ZTE, Samsung y Alcatel colocaron 155 urnas en 30 ciudades alrededor del país y recolectaron más de dos millones de ítems entre celulares, baterías y accesorios”, según el informe de basura electrónica en Colombia, sobre el aporte de los operadores móviles en la reducción de la basura electrónica, de la UNU-IAS y GSMA de febrero de 2015.

 Según estos datos, hay cosas positivas, pero en el país el panorama de la recolección de teléfonos móviles se ha venido dificultando y se dificultará aún más con el paso del tiempo ante la falta de normativa estratégica que fundamente el tema. Por ejemplo, con la Resolución 4444 del 2014,  la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) prohibió a los operadores móviles aplicar cláusulas de permanencia, lo cuál benefició a los usuarios y lo apreciamos, esto hizo que creciera el reuso, lo cual ambientalmente también es bueno, pero sumó complejidad al proceso llevado a cabo por los operadores respecto a la recuperación de los dispositivos de telefonía móvil al final de sus vidas útiles. Al momento de establecer responsabilidades, la excusa de productores y comercializadores no puede ser la falta de normatividad por que ambientalmente perdemos todos.

 Otro ejemplo, lo tenemos respecto a la problemática de la alta comercialización de celulares hurtados en el país, el gobierno nacional expidió a finales del año pasado, el decreto 2025 que reglamenta la importación y exportación de los teléfonos móviles y sus partes consideradas como RAEE de manera más rigurosa, como medios para dar solución a la anterior problemática. En este punto encontramos una referencia normativa pero no el desarrollo del tema que esperamos por parte del Gobierno. (vea el artículo: El decreto 2025: Pros, contras y su puesta en marcha).

 Precisamente por estas razones, es muy importante que se dedique a la recolección y gestión de los teléfonos móviles un tratamiento especial, además porque el consumo de teléfonos inteligentes viene aumentando en todo el mundo. Así mismo, en comparación con otras vertientes de residuos electrónicos, los teléfonos móviles son mucho más ricos en contenido de material intrínseco, según el informe sobre basura electrónica en Latinoamérica de la GSMA y UNU-IAS, de noviembre de 2015, por lo que se podría aprovechar más el material recolectado para financiar los mismos procesos de reciclaje. Sin embargo, la recolección de teléfonos móviles al final de su vida útil demuestra ser un desafío global.

 Una tarea pendiente del gobierno colombiano derivada de la ley 1672, de acuerdo a las recomendaciones de la Universidad de Naciones Unidas, es el diseño de una política de gestión integral de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos RAEE; que el gobierno colombiano se comprometió a realizar a través del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, con el apoyo del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, el Ministerio de la Protección Social, el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones y el Ministerio de Minas y Energía, conforme a lo especificado en misma ley 1672.

Como señalan el GSMA y la UNU-IAS, es vital lograr la participación de los consumidores en el proceso del reciclaje. También se deberá seguir buscando prolongar la vida útil de los equipos, con su reacondicionamiento y aprovechamiento en el campo social y educativo. La gestión de RAEE en el país abre más posibilidades a las empresas en el campo de la innovación en la recolección y proceso de reciclaje.

Como recomendación del informe expedido por GSMA y la UNU-IAS para futuras regulaciones, es importante fomentar el establecimiento de plataformas de discusión coordinadas, a la que podrán estar integradas transversalmente las TIC, con todos los actores involucrados en la cadena y promover la participación activa de fabricantes, importadores, distribuidores, compañías recolectoras de residuos electrónicos y empresas de reciclaje, trabajando en la búsqueda de la eficiencia en el reciclaje con una perspectiva de salud pública, que minimice los riesgos existentes para la población.

Si tiene alguna inquietud acerca de este tema u otros similares ingrese a http://www.abogadotic.co, escríbanos al correo [email protected], o pregunte en Twitter a @NODAbogada

 

Por: Andrea Ospina Díaz, Comunicadora Social y Periodista.

@andosp12

Enero de 2016
CC Image courtesy of manuelfloresv on Flickr
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