Computación en la Niebla, evolución de la Nube

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El proceso de evolución que ha experimentado la nube comenzó desde la década de los años 50, las empresas de computación se dieron a la tarea desde aquel entonces de integrar, la información que sus corporativos iban desarrollando, con varios puntos de acceso a las CPU que administraban sus equipos de tecnología.

Es así como el concepto de Nube se convierte en un elemento inherente a esquemas y conglomerados de redes, que inicialmente se enfocaron en la telefonía para la integración de usuarios que requiriesen comunicación; posteriormente el icono de la “nube” se hizo conocido por identificar los sistemas de redes en los computadores que se conectaban simultáneamente con otros, para así permitir a múltiples usuarios acceder a información desde cualquier punto global.

De acuerdo al contexto anterior nos podemos cuestionar, ¿en que momento el sector de Tecnologías de Información le da bienvenida a la Computación en la Niebla?, puede sonar un tanto extraño el termino, pues podríamos argumentar que aún estamos en la era de la Computación en la Nube, por tanto ¿qué razón habría en darle la bienvenida a un nuevo concepto al panorama virtual y de gestión informática del sector?

 

La Computación en la Niebla, Computación en el Borde o Fog Computing, es un proceso a través del cual los usuarios finales, pueden acceder con mayor rapidez a grandes volúmenes de información descentralizada de una Nube de datos, mediante el uso de dispositivos de TI.

 

La Niebla fue introducida por Cisco desde el 2012, para ser intermediaria entre la Nube y el usuario final, utilizando para tal fin dispositivos relacionados con el IoT (Internet de las Cosas), de modo que los datos fuesen procesados en dispositivos inteligentes, sin la necesidad de ser enviados a la Nube.

Los dispositivos cuya operación se ha potenciado con la llegada de la Niebla, son los routers, conmutadores, dispositivos para edificios inteligentes, los cuales integren sistemas de iluminación, seguridad (cerraduras, cámaras de vigilancia) y en general todos aquellos equipos de acceso integrado (IAD).

Es importante destacar que la Niebla tiene más cercanía al usuario final; pues la Nube con su proceso de virtualización se enfocó en dar solución de almacenamiento de datos a las organizaciones, de manera que fuesen más eficientes sus operaciones de tecnología haciéndolas más flexibles, escalables e incluso generar automatización de gestión.

 

Innovación que llega con la Niebla

 

La eficiente y rápida gestión de grandes volúmenes de datos (Big Data) hacia dispositivos intercomunicados por el IoT, es uno de los primeros objetivos de la Niebla, pues ella es una extensión de la Nube en  la generación de datos.

Respecto a temas de proceso de datos e información, la Niebla ofrece beneficios respecto a la movilidad de la data a los dispositivos emergentes, sin generar dependencia de los grandes servidores virtuales, hace un consumo más eficiente del ancho de banda pues los datos como lo mencionábamos anteriormente es posible se gestionen en dispositivos o equipos de acceso integrado (IAD), además mejora la seguridad de las redes LAN y WAN.

Hablar de innovación con base en la Niebla, nos lleva a observar la evolución que las ciudades inteligentes, experimentarán con mayor auge durante los próximos años y los procesos de interconexión entre sus dispositivos como, semáforos, cámaras de vigilancia, sistemas de iluminación, etc.

Otras industrias como, la Agricultura y Construcción, serán grandes beneficiarias de la Niebla, pues en el sector agrícola, será factible acceder a información precisa generada por los dispositivos que administren los sistemas de irrigación en los  cultivos y los que hacen un análisis de la data ambiental para las condiciones de clima y suelos.

 

EL Internet de las Cosas (IoT), es uno de los responsables del nacimiento de la Niebla, debido a la necesidad de hacer una transmisión de información de datos en tiempo real al usuario final y con la posibilidad de almacenar información relevante.[1]

 

Según Gartner el IoT para el año 2020, llegará a los 26.000 millones de dispositivos conectados[2]. Este mismo contexto hace que las características de la Niebla, sean más demandadas en los próximos años; debido a su capacidad de movilidad, mayor integración del streaming en transmisión de datos, amplia cobertura geográfica apoyada en  acceso inalámbrico que facilita el proceso de datos en tiempo real, junto con la heterogeneidad que le aporta integrarse con la Nube y sus datos almacenados.

Las necesidades emergentes en la administración y gestión de datos, hacen de la Niebla una protagonista clave para integrar a usuarios finales con las organizaciones, utilizando los dispositivos inteligentes como un puente para compartir información de alta importancia.

Es intrépido decirlo pero también real, estamos inmersos en la Niebla y cada una de sus transformaciones crea en el presente inmediato un impacto en nuestra forma diaria de compartir información y la manera en la cual lo haremos a futuro.

 

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Por: Andrea Talero

 

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