El constante incremento de la capacidad de los sistemas informáticos, las grandes cantidades de datos disponibles y los profundos cambios en las lógicas de interacción del hombre con las máquinas está enfrentando a nuevos retos a profesiones como el derecho
No es un secreto que las Tecnologías de la Información y la Comunicación han propiciado profundos cambios en el mundo actual, generando sinergias capaces de incrementar la eficiencia y eficacia en cualquier tarea que emprenden hoy personas y empresas de todo tipo.
Modelos predictivos capaces de prever diversas situaciones, interfaces digitales que generan interacciones casi humanas, y sistemas informáticos con la capacidad de aprender, presentan hoy retos interesantes a los profesionales actuales y futuros.
Pese a que es evidente que en algunas disciplinas la injerencia actual de la Inteligencia Artificial es mayor, son cada vez más los desarrollos que involucran varias ramas del conocimiento y son cada vez más las esferas sociales alcanzadas por estos sistemas.
Máquinas que aprenden y generan soluciones
El concepto de computación cognitiva no es del todo nuevo, sin embargo, en los últimos años ha tenido más difusión gracias a las diferentes áreas en las que se ha aplicado como parte de soluciones que buscan simplificar los procesos y lograr resultados cada vez más precisos.
De acuerdo a Fabio Gandour, uno de los científicos que lidera el desarrollo del modelo de computación cognitiva de IBM conocido como Watson, esta clase de sistemas “son capaces de expandir el conocimiento y lograr conclusiones por su cuenta; de aprender”, características que los dotan de un inmenso potencial en la resolución de problemas o conflictos; tareas habituales para quienes estudian las leyes.
Así como en medicina se están dando avances por medio del uso de sistemas como Watson, en donde se generan tratamientos personalizados de alto impacto, en el mundo existen quienes ya piensan en cómo aplicar estas soluciones a la hora de resolver conflictos legales o de determinar la viabilidad de un caso.
Esto es justo lo que se busca con el desarrollo de Ross Intelligence. Se trata de un “experto legal digital”, que ayuda a sus usuarios en el desarrollo de investigaciones legales. El sistema es capaz de indagar y cruzar datos de múltiples fuentes, incluidas las leyes relacionadas con el caso, jurisprudencia e información de fuentes secundarias. Además, este asistente monitorea permanentemente las decisiones que puedan afectar el caso para así notificarlo; tareas que requieren de largos tiempos así como de distintos profesionales para ser llevadas a cabo de forma tradicional.
Si bien a priori, esta aplicación de los sistemas de inteligencia artificial puede ser algo más compleja dado el fuerte componente humano que interviene en las decisiones de corte legal, las circunstancias parecen estar a favor del desarrollo de sistemas computacionales que compitan con los servicios legales tradicionales.
A lo anterior se suma la necesidad que se está presentando en contextos como el Colombiano, en donde a finales de 2015 la Corte Suprema de Justicia advirtió sobre el gran atraso que existe en el país en la solución de miles de procesos legales (se calcula que es de cerca de 17 años). Por ello, el contexto nacional es aún más prometedor para aquellos sistemas que buscan además de disminuir costos, agilizar los resultados al dar soluciones en materia legal.
Cada día más cerca
Esta idea puede sonar para algunos como absurda, fuera de toda lógica, pero ya existen pruebas reales entorno a cómo la tecnología puede influenciar y modificar la forma en la que los abogados ejercen su profesión, alguna de ellas con ya varios años a cuestas.
Por ejemplo, desde el año 2002 en Estados Unidos, un grupo de científicos puso a prueba la capacidad de las máquinas para predecir las decisiones del Tribunal Supremo de este país con resultados sorprendentes, y si se quiere concluyentes.
El modelo aplicado en ese momento, en el cual se cargaron datos relacionados con 628 casos a cargo de este tribunal, alcanzó una efectividad del 75% al momento de determinar cual sería la decisión final, en contraste, un grupo de expertos con la misma información alcanzó tan solo un 59,1% de aciertos, según las pruebas realizadas.
Tanto la capacidad de predecir resultados como los sistemas basados en Watson y Roos, capaces de llevar a cabo investigaciones legales de forma eficiente y rápida, demuestran el gran potencial que tiene este tipo de modelos, el cual aumenta conforme se logran nuevos avances tecnológicos y se cuenta con más datos digitalizados.
Así, como en otras disciplinas los altos cobros han contribuido al desarrollo y éxito de plataformas tecnológicas que cumplan con tareas complejas a precios inferiores, en el ámbito legal la coyuntura tecnológica está contribuyendo a incentivar a quienes piensan hoy en crear soluciones que suplan en alguna medida la labor del “costoso abogado”… El desafío ya se encuentra planteado para desarrolladores y expertos.
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Por: Luis Daniel Vargas M.
@vamoluda
Imagen tomada de skilledup