El comercio electrónico ha experimentado un auge en Colombia en los últimos años y además de encontrar tiendas en línea, marketplace y apps de los grandes comerciantes, encontramos pequeñas y medianas tiendas que funcionan desde las redes sociales y se han convertido en una opción cada vez más popular para las compras.
En las redes sociales encontramos muchos productos, a la medida, nacionales, emprendimientos y además, mejores y más variados precios. Sin embargo, con el aumento de este tipo de comercio en línea, también han surgido algunos problemas, especialmente cuando los vendedores por desconocimiento o intencionalmente, no cumplen con las normas legales que rigen el comercio electrónico en Colombia y los compradores se ven frustrados al ver privados sus derechos por ejemplo con la negación de devoluciones, de garantías y retractos.
Pero en este artículo queremos abordar un practica con la que muchos nos sentimos cansados como consumidores o compradores y que tiene a su vez reparos legales: “el precio al inbox”. Que frustrante es no encontrar el precio de lo que nos venden, pero más frustrante es que para tener la información, estemos “sometidos” a establecer contacto y esperar a que “nos atiendan” para decirnos lo mismo que le dijeron a todos los demás, que resulta ser además, una información qué debió publicarse de forma visible junto al producto al alcance de todos los usuarios.
Por un comercio con precios visibles, sin precio al inbox
La ley 1480 de 2011 o estatuto del consumidor establece que el vendedor está obligado a informar al comprador, en pesos colombianos, el precio de venta de un producto incluidos todos los impuestos y costos adicionales, dice exactamente: “El precio debe informarse visualmente y el consumidor solo estará obligado a pagar el precio anunciado”.
En cuanto a los precios en el comercio electrónico, la ley indica de forma específica que el vendedor debe informar los precios en “el medio electrónico” utilizado, junto con la información sobre los medios de pago disponibles.
Lo anterior fue suficiente, para que, por una razón desconocida y al parecer poco fundamentada, se implementara por algunos esta práctica del precio al inbox que además de desagradable e inapropiada, puede llegar a afectar tanto al vendedor como al comprador.
Y es que no publicar los precios de los productos en una página web o en una red social, es una mala práctica comercial que puede generar desconfianza en el comprador. La falta de transparencia en este aspecto puede llevar al comprador a pensar que el vendedor lo está tratando de manera diferenciada (evento discriminatorio), o pensar que los precios no están estandarizados, que el vendedor tiene poca experiencia en ventas y puede incumplir la entrega por este factor, o que simplemente, se puede tratar de una estafa en donde toman sus datos y al otro día no tiene dinero en su cuenta.
Lo anterior es apenas un pequeño listado de lo que he escuchado y leído en opiniones y comentarios a este tipo de comercios, lo que me hace pensar seriamente que, por las razones que sean, los vendedores que practican el precio al inbox se están autosaboteando además de estar generando mayores costos para el negocio.
¿Acaso no se han puesto a pensar que si deben responder mensajes por inbox tendrán que dedicar tiempo y recursos para responder?, ¿no han considerado que esto afecta costos, eficiencia y rentabilidad del negocio?. Todo esto se lo pueden ahorrar simplemente con cumplir la ley, dando información clara sobre precio y características de los productos desde la visualización en primer plano del producto.
Transparencia
La falta de información sobre los precios de los productos puede generar falta de claridad y precisión y esto solo significa que también puede generar el incumplimiento de normas adicionales que llevan más tarde a los vendedores a asumir problemas con los compradores y a asumir responsabilidad en investigaciones y posibles sanciones por parte de la Superintendencia de Industria y Comercio.
La gran recomendación es que los precios sean fácilmente accesibles y visibles para los compradores. Si un vendedor no cumple con esta obligación, puede estar cometiendo una infracción y enfrentar sanciones y multas, no importa si es persona natural o jurídica, no importa si su tienda en línea es grande o pequeña, si está en una página web sola o embebida en una red social.
No publicar los precios de los productos y solicitar a los compradores que pidan precios por inbox es una práctica comercial inapropiada, no se trata solo del cumplimiento de las normas, la transparencia y la claridad en la información sobre los precios son fundamentales para generar confianza en los compradores y construir relaciones comerciales sólidas.
Invitamos a los empresarios y comerciantes a que se informen adecuadamente sobre las normas legales y las buenas prácticas comerciales en línea, para garantizar la satisfacción de los compradores y el éxito de sus negocios.
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Por: Natalia Ospina, [email protected]
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